Una propiedad con deuda de expensas es aquella cuya unidad funcional mantiene pagos pendientes con el consorcio. Esta deuda puede incluir tanto expensas ordinarias como extraordinarias, y en muchos casos, acumular intereses por mora e incluso honorarios legales si fue judicializada.
La existencia de una deuda no impide la titularidad ni la posibilidad de disponer del bien, pero sí puede generar conflictos futuros si no se resuelve adecuadamente antes de una operación de alquiler.
Legalmente, sí. No existe una norma que impida a un propietario alquilar su unidad por tener deuda de expensas. Sin embargo, esa deuda sigue siendo su responsabilidad y puede afectarlo directamente si:
Además, si el contrato de locación no aclara quién se hace cargo de esa deuda, pueden surgir conflictos con el inquilino.
Aunque el inquilino no sea responsable legal de las deudas anteriores a su ingreso, puede verse perjudicado si:
Esto ocurre especialmente si el contrato no aclara de forma expresa que las deudas anteriores corren por cuenta exclusiva del propietario.
Por ley, las deudas de expensas son responsabilidad del propietario, salvo que el contrato disponga expresamente lo contrario. El inquilino solo está obligado a pagar las expensas ordinarias durante el plazo de su locación, si así fue acordado en el contrato.
Por tanto:
📌 Más información sobre este punto en la guía completa sobre expensas.
Sí. Si la deuda se prolonga y se inicia un juicio ejecutivo, el consorcio puede solicitar un embargo preventivo sobre la propiedad.
Además, algunos edificios —aunque polémico desde lo legal— aplican sanciones internas como:
Aunque estas medidas pueden ser cuestionadas judicialmente, generan incomodidad e inestabilidad para quien alquila.
📌 También podés consultar la guía sobre intereses por deuda de expensas.
Para evitar problemas:
📌 Si necesitás saber cómo interpretar una liquidación, te recomendamos esta nota: cómo leer una liquidación de expensas.
Nada impide legalmente alquilar una propiedad con deuda de expensas. Sin embargo, es altamente desaconsejable hacerlo sin dejar en claro:
La transparencia en el contrato y la buena comunicación entre las partes son fundamentales para evitar conflictos.
El rol del administrador y del corredor inmobiliario también es clave para detectar estas situaciones y actuar con previsión jurídica y comercial.